Seis virtudes: Conocimiento y Sabiduría

Continuando nuestras publicaciones sobre el trabajo de Martin Seligman, esta semana hablaremos del Conocimiento y la Sabiduría. Para Seligman esta virtud implica interés por buscar, intercambiar y compartir el conocimiento con otras personas, sin embargo el conocimiento sin sabiduría sería una mera colección de información. La sabiduría es necesaria para que los conocimientos sirvan para mejorar nuestra vida y la de quienes nos rodean.

Las fortalezas que constituyen esta virtud son a) La Creatividad: es la capacidad para pensar las situaciones de un modo diferente, visualizando conexiones distintas, dando lugar a algo valioso para nosotros o los demás; b) Curiosidad: es interesarse por lo que nos rodea y el mundo en general, así como sentirnos motivados a conocer y asumir nuevos retos; c) Amor a aprender: se refiere a un fuerte interés por adquirir nuevos conocimientos, habilidades y experiencias, ya sea en instituciones o de manera autodidacta; d) Juicio y mentalidad abierta: relativa a mantener una actitud reflexiva ante los demás, interesándonos por descubrir múltiples aspectos, pudiendo modificar nuestras ideas si los hechos lo ameritan; e) Perspectiva: Capacidad para aconsejar oportuna y eficazmente a los demás.

En la medida que leía estás fortalezas muchos nombres vinieron a mi mente. El de Ale Guasp es un buen caso para ejemplificarlas. Ale ha realizado un trabajo titánico y minucioso, recopilando información sobre el Síndrome Ehlers-Danlos, traduciéndola y compartiéndola en la Red EDA. Ya eso es bastante, pero además Ale siempre ha tenido la disposición para usar su conocimiento en la orientación de las personas que se le han acercado en busca de ayuda. Desde este espacio vaya nuestro reconocimiento por su conocimiento y sabiduría.

De igual modo pensé en mis médicos, quienes muchas veces han tenido que ponerse a estudiar y pensar en mi caso de una manera creativa para poder llegar a diagnósticos acertados, pues cuando se vive con una enfermedad rara nada es como parece y por tanto es imprescindible mirar el cuadro de manera flexible y abierta. Adicionalmente muchos de ellos han tenido la paciencia de explicarme lo que sucede y aconsejarme efectivamente.

También creo que todos los que estamos en este camino, afectados y familiares, hemos desarrollado esta fortaleza, interesándonos por conocer lo que nos sucede y construyendo una inteligencia colectiva al compartir lo que aprendemos de nuestra experiencia con los que nos rodean. Es un camino difícil pero también fructífero y con inmejorable compañía.